Inauguración, jueves 29 de mayo, 20h
Vision of Sacred America. In God we trust
La Mano Robada
En Nunca fuimos modernos, observa Bruno Latour que el proceso de secularización y desacralización que dio origen a lo que llamamos Modernidad nunca llegó a producirse del todo. Las revoluciones sociales, culturales y económicas que instituyeron la Modernidad (la Revolución Francesa, la Ilustración y la Revolución Industrial) no lograron eliminar todos los restos de un mundo anterior premoderno, caracterizado por el mito y lo sagrado, elementos que se transformaron y se movieron de lugar pero que siguen estando presentes, camuflados bajo otras formas. De este modo, nuestro mundo contemporáneo, supuestamente racional, científico y tecnológico, en el fondo sigue dominado por mitos, héroes, santos y creencias que vienen de una época anterior. No hay lugar del presente que no esté tocado por la presencia de esos restos de lo sagrado, desde el capitalismo a la política, pasando por todas las estrategias de la publicidad y los medios de masas. Todo, de un modo u otro, está contaminado por el imaginario religioso y sus modos de funcionamiento. Ya en los años treinta del siglo pasado, Walter Benjamin intuía esto en “El capitalismo religión” (las formas de circulación del capital están directamente vinculadas con el ritual religioso). Y un poco antes, en un sentido semejante, Carl Smith también observaba cómo todos los conceptos de la política moderna habían surgido en el ámbito de la teología y sus residuos nunca iban a desaparecer del todo.
Como quiera que sea, lo que está claro es que la religión, lo sagrado, el mundo premoderno del que nos creíamos libres, no se ha ido, sino todo lo contrario: está más presente que nunca. Y durante las últimas décadas esta presencia se evidenciado de muchas maneras, sobre todo en la lucha que Estados Unidos, como paladín del mundo “civilizado”, ha comenzado contra los países islámicos, materializando literalmente eso que Huntington llamó “choque de civilizaciones”. La política exterior de Estados Unidos (o como ellos dicen, “América”, con el sentido mítico de la personificación heroica) se ha caracterizado por utilizar esta retórica religiosa a todos los niveles, camuflando una guerra y unos intereses económicos bajo el signo de una lucha por la civilización y la identidad en la que se enarbolan conceptos éticos como el bien o el mal (“el Eje del Mal”).
Es en este contexto de violencia, poder, imperialismo y sacralidad en el que hay que encuadrar el trabajo con las iconografías e imaginarios de lo religioso llevado a cabo por el colectivo La Mano Robada (fundado en 2011 y compuesto por Marta López Marín, Adoración Martínez Lorca, Laura Mayol Hortelano, Judit Mínguez Rabadán y Juan Ignacio Rico Sánchez). En Vision of Sacred America. In God we Trust,muestran una serie de imágenes que evidencian las connivencias entre lo religioso, lo político y lo económico. Imágenes que remiten al ámbito norteamericano y al mismo tiempo a la tradición católica más cercana. De ese modo, se muestra cómo los discursos globales e imperiales interceden con lo local y ya no es posible delimitar una frontera clara entre lo lejano y lo cercano.
Lo que hacen estas imágenes es mostrar la ideología desnuda; abrir aquello que está debajo de los discurso y ponerlo frente a nuestros ojos. O mejor, abrir aquello que ya es evidente. Porque lo curioso de la ideología norteamericana es la mostración (aunque en ocasiones velada) de aquello que, supuestamente está fuera del discurso moderno. Un discurso que en ocasiones se llena de lo sagrado para ocultar lo económico; y en otras, al revés, elimina lo sagrado de sus formas para mostrar algo que en el fondo no deja serlo (la mercancía). Este mostrar-ocultar, este trabajo de lo velado-desvelado, el secreto y lo evidente, es paradójicamente una de las característica de un estilo artístico como el barroco, al que se adhieren las fotografías de esta exposición, donde esos juegos retóricos y alegóricos siempre estaban presentes. Las imágenes de clichés santificados, de Dioses de sangre negra, de vírgenes con atributos de la violencia (eso que Terry Eagleton llamón “Holly Terror”, terrorismo sagrado) muestran aquello que ya se ve en el discurso, aquello que es tan evidente que, precisamente por ser parte del discurso que tenemos frente a nuestros ojos, ya no miramos. A veces es necesario mostrar de nuevo, mostrar en un contexto diferente, desvelar aquello que ya está desvelado para que, así, podamos volver a verlo.
Vision of Sacred America. In God we Trust es un proyecto pensado originalmente como instalación para la exposición ArtNit Campos 2013. Ahora, pasado un año, y un espacio diferente, la obra adquiere un sentido diferente. Fuera del retablo para el que fue concebido (que enfatizaba el carácter de monumento religioso) las imágenes adquieren significado por sí mismas. Todas remiten a la misma idea de conjunto, pero cada una puede ser entendidas en sí misma.
Por otra parte, las cinco imágenes de este políptico son también imágenes de cada uno de los miembros del colectivo. Hay en ellas una dimensión performativa, de actuación, que las vincula con el universo del travestismo y la reflexión sobre la identidad cuyas referencias más célebres podríamos encontrar en artistas como Cindy Sherman o Yasumasa Morimura, una in-corporación, un penetración de la ideología en la carne, que es algo a lo que ya no puede escapar el sujeto contemporáneo.
Junto a esas imágenes, en esta exposición encontramos también el proyecto 8.4, una reinterpretación las estampas santos (en este caso, la imagen de Cristo y la Virgen) realizadas a lo largo de la historia de la pintura. De nuevo, lo performativo y la tradición del arte barroco hacen acto de presencia en estas imágenes. La tradición y la traducción de los estereotipos, y también el modo en el que estos clichés anidan en nuestros cuerpos de modo inconsciente y los transforman y modifican, son en última instancia aspectos que este trabajo pretende mostrar. Lo sagrado no sólo no ha desaparecido sino que se encuentra latente en cada esquina de nuestro mundo contemporáneo. Y las imágenes de La Mano Robada intentan dar cuenta de esa presencia ineludible.
Integrantes del colectivo La Mano Robada:
Marta López Marín
Adoración Martínez Lorca
Laura Mayol Hortelano
Judit Mínguez Rabadán
Juan Ignacio Rico Sánchez
La Mano Robada es un colectivo artístico creado en mayo de 2011. La formación de sus cinco miembros les ha llevado a una investigación basada en la práctica, siendo la fotografía su principal interés, aunque trabajan otros campos como el vídeo o la escenografía.
Algunos de sus últimos proyectos han sido la exposición de la obra Restos de personal en el Espacio 154 (Murcia), ; la realización del workshop «La fotografía y el trabajo en colectivo» en la Facultad de BBAA de la UMU y así como la participación en ArtNit Campos, donde nace la obra que se presenta en AB9.